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Investigaciones pagadas por Repsol e indiferencia del Minsa, lo que dejó el ecocidio a un año del derrame

Mientras la salud de las víctimas del derrame de petróleo sigue experimentando las consecuencias de esta tragedia ambiental ante la indiferencia del Ministerio de Salud, la compañía española paga servicios de consultorías que se difunden como investigaciones independientes.

Por: Pamela Huerta y Gloria Purizaca
Publicado el 17 de enero de 2023

 

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Capítulo 1:
Repsol pagó estudios que afirman que ecosistemas están libres de petróleo, pero realidad los contradice

Un año después del derrame de petróleo de Repsol en el mar de Ventanilla, la compañía afirma que todo está bien y que “las condiciones están dadas para la pesca, actividades recreativas y comerciales” basándose en investigaciones autofinanciadas. Esto no es real. LR Data visitó parte de las zonas afectadas en Lima y Callao para corroborar los testimonios de pescadores que afirmaban la presencia de hidrocarburos y lo que se evidenció, además de ello, fueron las secuelas de este ecocidio en la salud de su población.

Un olor penetrante a combustible, una lavaza constante con grietas color óxido y peñascos cubiertos de manchas negras y grasosas fue lo que se percibió en un recorrido desde el puerto de Ancón hasta la playa Cavero, en Ventanilla. “Cómo quieren que se pesque acá, cómo vamos a venderle esto a la gente”, cuestiona exaltada Liz Rivadeneira de Pachacútec, una mujer pescadora, experta en mantenimiento de motores fuera de borda, pequeñita e imponente.

Las investigaciones financiadas por Repsol

Pero cómo, pese a que los restos de petróleo de aquel derrame del 15 de enero de 2022 siguen siendo visibles, la compañía española se permite decir que se puede volver a la normalidad basándose en un estudio que encargó a Environmental Resources Management (EMR), una consultora internacional que brinda “soluciones a problemas ambientales”, tal como lo describe en su página web.

Lo que genera suspicacia es que los resultados de la investigación en mención no han sido publicados en las plataformas institucionales de Repsol. Este medio hizo la solicitud, pero indicaron que no había autorización de los ejecutivos. Los mantienen en reserva.

Sin embargo, en los últimos meses, se ha esparcido la idea de que ya no hay contaminación a causa del derrame de casi 12.000 barriles de crudo. En diferentes medios de comunicación y redes sociales se han difundido estudios y voces de expertos asegurando que esto es así. Lo que no se dijo en ninguna parte es que los mismos fueron financiados por la compañía española.

La ONG Oannes, especializada en promover el desarrollo de proyectos vinculados al océano y fauna marina, realizó una “Evaluación de biodiversidad marina entre Playa Hondable, distrito de Santa Rosa y Río Seco, distrito de Chancay”. Este tenía como objetivo analizar la situación actual de las comunidades hidrobiológicas marinas de plancton, macroinvertebrados bentónicos y necton en las zonas más sensibles y accesibles de la zona costera. Según los resultados publicados y la explicación de su director, Francisco Miranda, “el océano está limpio”.

En el informe del estudio que nos compartió la organización no figura en ninguna parte que este ha sido financiado por Repsol; no obstante, Miranda confirmó esta información en una entrevista con La República. “Nos ha contratado Repsol. Hasta donde yo entiendo, Repsol ha contratado diversas consultoras y a cada una le ha asignado una tarea específica y son complementarias”, indicó.

Además, señaló que tanto el informe como un robusto archivo fotográfico y audiovisual confirman que la zona afectada está libre de hidrocarburos. “En otros lugares donde hubo derrames de petróleo la fauna ha desaparecido por completo, pero en nuestro caso no. Tenemos un mar bendito, lamentablemente para los que están en contra de ello, el océano está limpio. Ahí están las fotos, hay cientos de archivos”, añadió.

El profesor de la Agraria

Asimismo, la consultora Gestión Pesquera Sostenible (GPS), liderada por el doctor Luis Icochea, también elaboró un estudio financiado por Repsol —según sus palabras — mucho más completo. “Me contactó la empresa Repsol para hacer un estudio detallado para ver si las playas estaban o no operativas, si el mar estaba contaminado y todo”, apuntó. Aclaró, además, que su estudio es objetivo porque esa fue la condición que le impuso a la compañía para elaborarlo.

Se trata de un “Monitoreo hidrobiológico en las zonas de Ventanilla, Ancón y Chancay” que señalan dos cosas. Primero, que no se detectaron hidrocarburos en los tejidos de las especies marinas analizadas. Segundo, que las mareas y corrientes marítimas habrían dispersado el petróleo que aún quedaba en el océano a alguna parte lejos de la zona del derrame. Cabe mencionar que el petróleo no desaparece; se sedimenta, se evapora, flota, se dispersa o descompone, pero, pese a cambiar su estado, lo que puede hacerlo más o menos visible, siempre está en algún lugar, según diversos estudios relacionados con el tema.

Al consultar al experto sobre si realizó o no estudios en el ámbito de nanopartículas, especialmente de hidrocarburos aromáticos policíclicos, este respondió que no estaba seguro. Esto es importante porque según evidencia científica, esta es la dimensión en la que permanecen los hidrocarburos en el mar, sustratos y organismos a lo largo del tiempo.

Icochea, especialista en oceanografía con grado de doctor, cobra mucha relevancia porque ha sido citado en varios medios de comunicación como “investigador de la Universidad Nacional Agraria de La Molina (UNALM)”, dando a entender que esta institución respalda dichos estudios. Sin embargo, ante los cuestionamientos, él deja claro que este trabajo no ha sido elaborado en su condición de docente de la UNALM.

Ante los resultados de estos estudios difundidos sin transparentar, que fueron servicios pagados por la compañía española, consultamos con Cinthia Irigoin, bióloga e investigadora adjunta de la Universidad Científica del Sur (UCSUR), respecto a la metodología y rigurosidad de los mismos y nos refirió que no había evidencia suficiente para concluir que la zona afectada estaba libre de hidrocarburos.

“Ninguno de los informes tiene evidencia suficiente para indicar que las playas ya están limpias, ya que los métodos empleados pudieron usar mejores variables. En uno de ellos mencionan que hay incremento en la diversidad en el fondo marino, pero ese indicador no se puede tomar a la ligera porque hay muchos factores que pueden influir en ello”, explicó. Del mismo modo precisó que se requieren hacer estudios comparativos para poder decir si hay o no un cambio en estos ecosistemas porque es necesario contemplar los valores previos al derrame de petróleo de Repsol.

De acuerdo al último monitoreo del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), a octubre de 2022, aún existen 69 zonas afectadas con hidrocarburos entre playas, puntas y acantilados. Para Adelina Rojas, una comerciante de Ancón cuyo mayor sueño es conocer las playas de Panamá, no hay indemnización que pueda resarcir el daño causado por la empresa. “La plata se acaba y no soluciona nada. Nosotros no queremos plata, queremos nuestro mar”, sentenció.

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Capítulo 2:
La salud, una consecuencia que nadie quiere atender