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Pedro Castillo: el presidente que se acerca cada vez más a su caída

En su laberinto. Investigaciones en la Fiscalía de la Nación, ministros cuestionados, copamiento de cargos, acechado por una oposición en el Congreso con igual o mayor rechazo, Castillo cumple un año en el poder. Yerros, discursos vacíos, acusaciones de corrupción, precisamente todo lo que el Perú no necesita.

 

Por: Carlos Páucar
Publicado el 28 de julio de 2022

El presidente Pedro Castillo le pidió tres veces a Hernando Cevallos, entonces ministro de salud, que sea premier. Incluso en una ocasión mandó a sus asesores a la misma casa del médico pediatra, que se encontraba con Covid-19, para tratar de convencerlo. Según nos cuenta una persona muy cercana al entorno presidencial, presente en las tratativas, Cevallos dudaba. En una reunión con el mandatario le llegó a decir: 

-Presidente, aceptar sería como ponerse en medio de unas brasas. Estoy bien en la cartera de Salud. Además, se requieren cambios en toda la gestión.

Cevallos ni se imaginaba que pronto sería cambiado por Hernán Condori, del círculo de Vladimir Cerrón. 

Esa anécdota de Cevallos describe el estilo de Pedro Castillo en el gobierno, dudar mucho, cambiar rápido de opinión, decir sí a unos para enseguida hacer lo contrario, tratar de quedar bien con todos y así lograr lo que parece ser su objetivo principal: mantenerse en Palacio y en la presidencia.

Cuando le dio el cargo a Mirtha Vásquez dudó “porque viene de las ONG”, solo le convencía que una mujer en la PCM le ayudaría a despejar la acusación de machismo a su gestión. Al nombrar a Héctor Valer hubo desconcierto, cuando algunos ministros mostraron su desacuerdo, comentó que no iba a ser, pese a ello lo eligió. Y en relación a Aníbal Torres, un testigo le escuchó decir al jefe de Estado: “Aníbal tiene mal carácter, no va a durar mucho, no le interesa quedarse mucho tiempo”. Y lo juramentó como primer ministro.

"Cómo me mantengo"

Este año del gobierno de Castillo tiene esas idas y vueltas. Por eso La República le pidió al exministro de Salud, Hernando Cevallos, evalúe el año de Castillo y su estilo de gobernar. “En él ha prevalecido el cómo me mantengo, cómo sobrevivo y eso lo ha llevado a tener acuerdos políticos con gente inesperada... Recuerdo que él nos escuchaba, decía está bien vamos a hacer esto y al día siguiente tomaba otra decisión, porque quería quedar bien con otros, quizás tenía compromisos. Creo que él pensaba que si abría el abanico de decirle sí a mucha gente iba a tener mejores posibilidades de mantenerse. En eso se basaba, en quién confiaba y en quién no confiaba”. 

Cevallos opina que más allá de las intenciones iniciales que puede haber tenido Castillo al anunciar cambios, le faltó "convicción política real y le faltó una ideología clara" para llevarlos adelante. "Castillo significó una apuesta riesgosa, pero era inmensamente superior como posibilidad de entregarnos a los brazos de la mafia”. 

¿Era Castillo, al llegar a la presidencia, un político inexperto, carecía de audacia para gobernar? Cevallos opina que “Castillo no es un tonto, es un tipo audaz, que quiso ser presidente. Pero cambiar el país no es solo cuestión de audacia, es saber de qué manera la aplicas, cómo lo acompañas de firmeza, cómo usas esa audacia para manejar no solo situaciones menudas. No es un ingenuo. Y cuando se encuentra en fuego cruzado empieza a buscar distintas maneras para mantenerse aunque eso lo aleje de lo que había propuesto inicialmente".

 

 

Poca eficiencia 

Ahora, pasado un año del gobierno, en la que aún muchos se preguntan si gobierna Castillo o sus asesores, le preguntamos a Mirtha Vásquez, ex primera ministra, su reflexión sobre ese estilo de gobernar. Dice que sí que es difícil de definir. Y recuerda que una gran dificultad que enfrentó fue el círculo presidencial. "Para mí una de las principales dificultades ha sido el entorno que lo rodeaba, desde los asesores. A veces escuchar a personas no adecuadas hace que haya tomado las peores decisiones. Entonces, me parece que es un gran problema estar al frente de un gobierno y no tener a las personas adecuadas sobre las que se puede apoyar para decisiones importantes".

Consultado otro titular de cartera -uno de los que más están durando en el Ejecutivo-, indica que tampoco es que Castillo tenga un equipo sólido de asesores. "Tanto es así que va cambiando de asesores cada mes y medio o dos meses. Lo que hay que preguntarse es de dónde los saca, algunos no han estado cerca a él y los saca de la manga, hay una inestabilidad tremenda", asegura.

Por otra parte, Mirtha Vásquez evalúa el año de gobierno. "Que el gobierno esté enfrentando tantos problemas y cuestionamientos, y que haya involucramiento en temas de corrupción, distrae de los objetivos de Estado. Si sigue así no se va a concentrar en establecer metas claras, le será muy dificultoso". 

La ex titular de la PCM dice que son doce meses muy complicados para el presidente y el Ejecutivo mismo; tener una oposición con pretensiones vacadoras ha sido una dificultad desde el inicio de su gobierno, pero también los problemas que el mismo gobierno se ha ido causando. Dos principalmente, uno ligado a los temas de poca eficiencia en la gestión, como cambiar titulares de los ministerios de manera permanente o nombrar a personas cuestionadas en altos cargos públicos, lo que genera una gestión absolutamente improductiva. Y también están las acusaciones serias de corrupción, sobre las cuales el gobierno no ha podido deslindar con claridad". 

"Hay un grave problema" 

Al presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), Ricardo Márquez, también le pedimos que evalúe el año del gobierno. Él integró, en septiembre del 2021, la comitiva empresarial que acompañó a Castillo a Estados Unidos y luego visitó y dialogó con el jefe de Estado en la Casa de Pizarro.

Aquella vez solo se conocían del presidente frases pegajosas como el de 'no más pobres en un país rico' o 'palabra de maestro'.

"Este señor por su falta de capacidad es un peligro para el país. Cuando te habla dice sí, sí. Como pasó con lo de la Constituyente, a mí me dijo, 'no te preocupes, eso no va'. Y a otros les dijo que sí. Es decir, no se sabe con quién estás hablando".

En este año, donde la Defensoría registra 207 conflictos sociales en junio de este año y donde aún no hay un sólido Plan de Gobierno, Márquez resume las críticas de esta manera: "No se puede manejar un país poniendo a familiares y amigos". 

"Esto que digo es terrible, porque está destruyendo el Estado peruano, no tiene gente preparada en los ministerios, ha metido a gente de su partido, de la Fenate, y lo ha metido en todo el Perú". 

El empresario no se hace ningún problema en afirmar que espera que "este gobierno se acabe lo más pronto posible".

"Improvisación constante" 

El mandatario de las controversias, que en el 2021 tenía 53% de aprobación en julio y en junio de este año 19%, según los informes de opinión de IEP para La República, también se enfrentó sin caretas contra el Sutep. El secretario general de ese gremio, Lucio Castro, analiza. 

"No ha atendido los problemas nacionales y la reactivación económica está pendiente. Recuerdo que comenzó su gobierno con el decreto supremo 014 donde la educación se declaraba en emergencia, pero no se hizo absolutamente nada. Hay un incumplimiento absoluto de compromisos, un malestar creciente de los trabajadores". 

Para el dirigente, Castillo no tiene mirada de estadista y "sigue ganando por sus odios y frustraciones". Ahora mismo, añade, "pretende ponerle la mano al dinero de los maestros en la Derrama Magisterial".

El Factor Pacheco 

También la ex viceministra de Cultura, Sonaly Tuesta, muy identificada con las regiones, no tuvo apoyo alguno de Castillo y fue despedida por Aníbal Torres cuando ella criticó su cita a Hitler. "Creo que es más de lo mismo, es lamentable porque cuando tú tienes la oportunidad y estás tan harto de todo lo que ha sido antes, el clasismo que se ha visto, el ninguneo a las regiones, etc. que no se pueda transformar esa mirada o esa realidad sí que duele".  

Tuesta fue despedida siendo una funcionaria muy apoyada, lo que parece confirmar lo que afirma Ricardo Márquez, que para el presidente no existe la meritocracia. "Se ha peleado con la iglesia, los empresarios, el Congreso, la prensa, los partidos y eso muestra que no tiene la capacidad para trabajar en equipo, no puede seguir así". 

Lo último y que puede hacer tambalear su gobierno al punto de hacerle dar otro paso a su caída fatal, es el reciente caso de Bruno Pacheco, ex secretario general de Palacio. A diferencia de Karelim López o Zamir Villaverde, Pacheco tiene mucho qué contar. Pacheco fue, como comentaron Mirtha Vásquez o Hernando Cevallos, de ese entorno que no se sabe cómo llegaron cerca a Castillo. El presidente que ahora intenta sobrevivir. Y no caerse en el intento.

Un año de retrocesos

Enfoque por Paolo Sosa, politólogo

El presidente no tiene nada sustantivo que enlistar en su mensaje a la nación, solo promesas desmedidas y frases vacías. Un recuerdo de que este gobierno se ha dedicado a los chanchullos antes que a priorizar sus promesas de cambio e incluso el buen funcionamiento del Estado. Ninguna de sus propuestas más sonadas ha logrado aterrizar por limitaciones y descuidos del Gobierno.

Los constantes cambios de funcionarios han afectado importantes avances en el funcionamiento de agencias del Estado que tanto costó construir en las últimas décadas. Por ello, este año marca un fracaso del Gobierno y hasta de simple administración; un retroceso cuyos efectos lo sienten precisamente quienes se esperanzaron en el cambio. No es sorpresa que su imagen se haya degradado.

Y, aunque la oposición le da oxígeno, esto tiene un límite. La regla había sido que los presidentes se coman el pleito de ponerle freno a un Congreso desregulador y cortoplacista. Pero el presidente está más interesado en sobrevivir a la vorágine política y judicial mientras intercede por sus intereses gremiales.  Es así, una suerte de PPK de izquierda, y su futuro no pinta muy distinto.