Capítulo 2:
Fenómeno El Niño
en el Perú
Los últimos 40 años de El Niño en el Perú
En las últimas cuatro décadas, El Niño y, particularmente, El Niño Costero han golpeado al Perú en
cuatro ocasiones: 1983, 1997, 2015 y 2017. En los dos primeros, se alcanzó una magnitud severa o
extraordinaria. En tanto, en 2023, comenzó un nuevo episodio de este fenómeno.
El siguiente gráfico muestra cómo ha variado la temperatura del mar en los últimos 40 años.
Asimismo, se observa los picos de temperatura alcanzados en dichos años.
El Niño Costero 2023-2024, vuelve la amenaza al Perú
A mediados de marzo de 2023, la comisión multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno
El Niño (Enfen) emitió la alerta de este evento climático por primera vez en seis años; puesto que
la temperatura superficial del mar frente a la costa norte y centro del Perú estaba presentando
valores cada vez más altos por encima de lo normal. El regreso de esta amenaza confluyó con los
efectos del ciclón Yaku, formado precisamente por ese calentamiento anómalo del Pacífico tropical.
En los siguientes dos meses, se presentaron precipitaciones intensas en la parte norte y centro de
la costa y la sierra. En consecuencia, el caudal de los ríos cerca del litoral, desde Tumbes hasta
Ica, aumentó considerablemente, lo que provocó numerosos desbordes de quebradas e inundaciones que
afectaron carreteras y zonas urbanas.
Con la llegada del otoño y el invierno, que coincidió con el inicio de vientos fríos impulsados por
el anticiclón del Pacífico Sur, la influencia de El Niño Costero en las precipitaciones perdió
fuerza.
Sin embargo, las temperaturas máximas en la costa norte y central se han mantenido
significativamente por encima de lo normal a causa de este fenómeno climático.
Lo preocupante viene después, puesto que coincide con la estación más cálida.
Lo que se viene
Debido al desarrollo de El Niño en el Pacífico global, se prevé que el Niño Costero se mantendrá por
lo menos hasta el verano del 2024. Esta predicción es la más preocupante para los expertos, ya que
el calentamiento del océano exacerbará las precipitaciones desde el inicio de la temporada cálida,
la más lluviosa.
Esto significa que tendremos un escenario de lluvias mucho más duradero que el de 2023. En tanto,
aún se debe determinar la intensidad que tendrá este nuevo episodio de El Niño, que por ahora
mantiene probabilidades de ser de magnitud moderada o, incluso, fuerte.
“Las lluvias van a estar condicionadas a la intensidad de este evento. Podría ser más o menos
intenso que el de 2017 o lo que se vio este año. Todavía hay mucha incertidumbre de lo que podría
ocurrir en las costas peruanas para el próximo verano”, precisó Yuri Escajadillo, especialista en
climatología del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi).
Por su parte, Ricardo Bohl, coordinador de la especialidad de geografía en la Pontificia Universidad
Católica del Perú (PUCP), explica que, en un escenario de lluvias fuertes, interviene una serie de
factores para que se produzcan las inundaciones.
“Si llueve en un lugar donde los afluentes de los ríos confluyen, la cantidad de agua se junta y se
produce una gran inundación. También influye la presencia de vegetación, ya que esta ayuda a filtrar
el agua en el suelo y puede prevenir su acumulación”, describe Bohl.
Las lluvias intensas afectarán directamente al sector agrícola: se registrará daños en los canales
de irrigación y pérdida de terrenos. En tanto, la pesca será impactada por el calentamiento del mar,
que desplazará a las especies de aguas frías, como la anchoveta.
Un informe del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (Iedep) de la Cámara de Comercio de
Lima (CCL) estima que las regiones más vulnerables al fenómeno El Niño serían Tumbes, Piura,
Lambayeque, La Libertad y Áncash.
Mapa de riesgo por inundaciones y movimientos en masa ante lluvias asociadas al fenómeno El Niño a mayo de 2023 - Cenepred
El Ministerio de Economía y Finanzas, por su parte, estimó que el nuevo evento El Niño podría
implicar pérdidas de hasta 18.600 millones de soles.
El impacto de este fenómeno también alcanza a la salud pública; ya que las condiciones cálidas
prolongadas y el almacenamiento de agua potable debido a las inundaciones favorecen la propagación
de los mosquitos que transmiten enfermedades, como dengue, chikungunya y zika, tanto en regiones
donde ya son endémicas como en las que no lo son.
Por otro lado, tanto el Senamhi y la Autoridad Nacional del Agua (ANA) prevén que este episodio de
El Niño cause el efecto contrario en el sur del país, con lluvias por debajo de lo normal. Aquello
traería consecuencias importantes para la producción agrícola.
Las principales regiones que serían afectadas por la potencial sequía son Puno, Cusco, Apurímac,
Arequipa, Moquegua y Tacna.
¿Estamos preparados?
En junio de este año, el Ejecutivo destinó un presupuesto de 3.363 millones de dólares a los tres niveles de Gobierno (unidades ejecutoras de los ministerios, gobiernos regionales y municipios distritales y provinciales) para obras de fortalecimiento de infraestructura vial, saneamiento, drenaje y alcantarillado de hospitales y colegios; colocación de geomallas en las quebradas, acciones para apoyar el sistema productivo; entre otras medidas.
Sin embargo, de acuerdo con cifras del portal de Consulta Amigable del Ministerio de Economía (MEF) revisadas por LR Data al cierre de este informe, solo se ha ejecutado el casi el 70% del presupuesto a poco más de un mes de que acabe el año.
Estamos contra el tiempo.
Capítulo 1:
Fenómeno El
Niño: ¿Cómo ocurre?