Por: Pamela Huerta Bustamante / Unidad LR Data
Publicado el 2 de mayo de 2022
Augusta Gatica Ochoa es profesora indígena de Educación Intercultural Bilingüe (EIB) en una comunidad murui-buee de Maynas, Loreto. Tras una serie de evaluaciones y capacitaciones, pudo adjudicarse una plaza docente en el mismo colegio donde estudió toda su vida: la Institución Educativa (IE) 70833. Su legado familiar la impulsó a profesionalizarse para fortalecer y promover la cultura de sus ancestros en las nuevas generaciones. Una tarea que, para ella, apenas empieza.
“Me siento muy comprometida, en el sentido de que yo soy parte de la comunidad donde está la institución y ahora también formo parte de esta institución. Para mí es un honor volver a mi comunidad y poder revitalizar la cultura. Es una responsabilidad porque si somos conscientes, esa es nuestra función como profesores EIB”, comentó muy orgullosa.
Sin embargo, Augusta no pudo estudiar Pedagogía. Es técnica en la carrera de Turismo y una apasionada por las aves. Reconoció que esto puede ser un inconveniente, por lo que prepara —y se prepara— sus clases durante largas jornadas para que todo salga bien. Cuando La República estuvo en su comunidad para entrevistarla, ella trabajó hasta las 2.00 a. m. en materiales educativos que usaría al día siguiente. “Más adelante ya será un poco más sencillo”, afirmó
Los estudiantes indígenas tienen, al menos en el papel, derecho a una educación que respete su identidad cultural y lingüística. Según el Ministerio de Educación (Minedu), hay casi 1,3 millones de niños, niñas y adolescentes matriculados en instituciones educativas de EIB al 2022. Garantizarles una enseñanza de calidad ha sido un proceso exageradamente pausado; no obstante, todos los esfuerzos apuntaban a la profesionalización de docentes como Augusta.
Esto parece haber cambiado desde la designación del ministro Rosendo Serna Román, quien asumió el cargo en diciembre del 2021 y tendría, de acuerdo a especialistas consultados, una cuestionable estrategia. Una serie de acciones y declaraciones públicas así lo confirman.
Apenas iniciaba el año, la Dirección General de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural (Digeibira) circuló un oficio múltiple a nivel nacional. En este se les solicitaba a todas las Direcciones Regionales de Educación (DRE) considerar la brecha de profesores especializados en brindar el servicio de EIB y remitir una lista de colegios para exceptuarlos de este modelo educativo. En otras palabras, quitarles la categoría de EIB para “facilitar la contratación oportuna de docentes” que no hablen la lengua originaria pertinente al territorio.
Inmediatamente, la Defensoría del Pueblo y diversas organizaciones, como la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) y el Programa de Formación de Maestros Bilingües de la Amazonía Peruana (Formabiap), rechazaron esta medida. La calificaron como un atentado contra la EIB y ejercieron presión mediática y social para hacerse escuchar.
Después de estas acciones, el Minedu emitió un comunicado dando marcha atrás.
“En consecuencia, ante la confusión generada por el tenor del citado oficio múltiple, el Ministerio de Educación considera oportuno dejar sin efecto dicho documento; no obstante, adoptaremos las acciones necesarias que permitan desarrollar un adecuado proceso de contratación docente, en coordinación con las regiones y sus diversos actores”, indicaba parte de este documento. Para el ministro Serna, esto solo se trataba de un paréntesis.
En el Perú, existen 27.979 instituciones educativas categorizadas como EIB y 76.560 plazas docentes que no están cubiertas al 100%. Hacen falta 25.796 docentes EIB para satisfacer esta demanda, casi un 34% del total. La región más afectada es Loreto, ya que ni el 20% de las 5.568 plazas disponibles son ocupadas por docentes EIB. De estas, 160 son tomadas por maestros bilingües que apenas tienen secundaria completa. Una situación similar enfrentan Amazonas, Madre de Dios, San Martín y Ucayali.
La República consultó al Minedu sobre la situación de Loreto y aceptó que la mayoría de hablantes de las 27 lenguas indígenas que hay en esta región no han accedido a educación básica. “En general, Loreto cuenta con muy pocos docentes bilingües titulados con dominio de la lengua originaria de los estudiantes y los que hay no cuentan con título pedagógico. Adicionalmente, hay muchas instituciones educativas registradas como EIB que cuentan con docentes monolingües castellanohablantes o donde existe una sobrecarga docente”, agregó la entidad.
El aymara y el quechua, lenguas indígenas predominantes en el Perú, son las que tienen más estudiantes matriculados, seguidas por el asháninka, el awajún, el shawi y el shipibo-konibo. Sin embargo, existen otras, como el bora, el secoya o el murui, que no corren con la misma suerte. Esta última es la que enseña Augusta a un aproximado de 25 estudiantes de secundaria de la IE 70833, mientras que a nivel nacional hay tan solo 792 alumnos murui matriculados. Estos escenarios parecen servir de argumento para que el ministro Serna haga propuestas como la del último 1 de abril en Iquitos.
En una entrevista con la emisora local La Voz de la Selva, este declaró que se podría reducir la brecha de docentes EIB al brindar “capacitación intensiva” a los docentes titulados monolingües que no acceden a estas plazas porque no hablan la lengua indígena requerida. “En Ucayali, que es similar a la realidad de Loreto, planteé que estos docentes obligatoriamente tengan un curso de capacitación intensiva respecto al idioma de la comunidad. Si logramos que el profesor con título aprenda y se comprometa, va a ser un avance importante”, explicó el titular de Educación.
Pero esto no quedó ahí, pues el 13 de abril, volvió a hablar del tema. Esta vez frente a docentes vinculados a la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación (Fenatep), una agrupación que impulsó años atrás el ahora presidente Pedro Castillo. En esta ocasión pidió ayuda para iniciar el proceso de recaracterización de las escuelas EIB y así permitir la asignación de estas plazas a docentes calificados no bilingües. Los presentes aplaudieron con entusiasmo desde Lima.
“Se está planteando el tema del proceso de recaracterización del BEI y ahí nos tienen que ayudar. Este año lo que vamos a hacer es que las instituciones educativas propongan por iniciativa propia una recaracterización excepcional porque el próximo año se va a hacer la recaracterización quinquenal. Y ahí tienes la oportunidad de corregir todas las situaciones incorrectas que han hecho posible que las escuelas identificadas con cierto —digamos— monolingüe , sean identificadas como EIB y entonces los docentes están en el momento de la premiación en una pelea, por en el sentido de que a unos no les corresponde y a otros tener antecedentes, estando en una posición menor, tienen acceso al contrato”,
manifestó.
Aunque parezca trabalenguas, lo que el ministro Serna sugirió fue modificar la caracterización de las instituciones educativas EIB a fin de cerrar la brecha de docentes idóneos que se requieren para brindar este servicio. Es decir, retomar la medida anunciada en enero. Asimismo, en vez de impulsar la profesionalización de profesores indígenas no titulados como Augusta, consideró que un “curso intensivo” de lenguas originarias a pedagogos no indígenas con título sería la mejor alternativa. La República solicitó una entrevista para que pudiera explicar mejor sus propuestas, pero hasta el momento no hemos obtenido respuesta.
Mónica Sicchar Vela, docente especialista en educación intercultural, aseguró que medidas como esta no garantizan el derecho a una educación de calidad que respete la identidad cultural y lingüística, sobre todo en la Amazonía, donde el esfuerzo personal no es suficiente para acceder a educación superior.
“El primer paso que se dio fue categorizar los colegios y elaborar los materiales. El segundo paso sería ver sus recursos humanos, que haya docentes indígenas titulados que trabajen en estos colegios categorizados con estos materiales. Esta segunda parte muy importante no se está haciendo. Entonces, para que podamos decir que se está garantizando un servicio de EIB de calidad necesitamos un docente indígena titulado en EIB, no titulado en Derecho o Educación y nada más. Esa parte no está cubierta”, indicó.
Lamentablemente, añadió, no se han implementado programas de formación docente enfocados en la Amazonía. Sumado esto a los factores socioeconómicos que golpean a estas regiones, el panorama resulta muy crítico. Loreto, por ejemplo, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) 2019, tiene un ingreso familiar per cápita de 770 soles. Una suma que se ve disminuida por estos días, después de una pandemia y una crisis económica que ha elevado el costo de vida en todo el país.
Cabe mencionar que, en los últimos años, el presupuesto asignado a la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe (DEIB) se ha reducido gradualmente. Entre el 2016 y el 2022 se pasó de los casi 24 millones de soles a bordear apenas los 14 millones de soles. Dicho de otra manera, hoy se cuentan con 42,5% menos recursos que hace siete años.
Para Fernando García Rivera, profesor de lingüística y director del programa Formabiap, las declaraciones del ministro Serna responden a intereses políticos de ciertos grupos y sindicatos.
—¿Cuándo habla de sindicatos se refiere a la Fenatep?
— Sí, a la Fenatep y otros grupos.
“Yo puedo estar titulado como pedagogo, pero con un curso de capacitación jamás voy a aprender una lengua, porque una lengua la aprendemos cuando nacemos o como segunda lengua que hemos aprendido al paso de un largo tiempo. Es como el inglés, ¿alguien con los cursos de inglés de la secundaria puede desempeñarse hablando ese idioma? No. Entonces es iluso pensar que un titulado con un curso de capacitación de una semana o un mes va a hablar la lengua indígena. Es imposible, nadie aprende una nueva lengua con una capacitación”, precisó.
El verdadero problema, agregó, es el retroceso que significaría para los pueblos indígenas la recaracterización y recategorización de las escuelas EIB sin mecanismos de consulta o representación. “Me parece sorprendente, terrible y trágico para el Perú que un ministro de Educación piense eso. Lo que en el fondo se quiere es liberar a las escuelas EIB de la exigencia de que deben hablar la lengua indígena para adjudicarse en esas escuelas. Esta es la gestión más terrible que nos ha tocado y realmente estamos retrocediendo 20 años en cuanto a derechos de los pueblos a ser educados en su lengua originaria”, advirtió.
En 1972, con Juan Velasco Alvarado y su Plan Nacional de Educación Bilingüe (PNEB), se inició el proceso de institucionalización de la EIB. Medio siglo después, las estrategias para cerrar las brechas en este servicio educativo han sido insuficientes. No obstante, el ministro Serna parece haber tomado una postura clara. Lo que no se termina de comprender es cómo un Gobierno que llegó al poder de la mano del movimiento indígena piensa ahora en darles la espalda con una deuda histórica como es la profesionalización de sus maestros.