Por: María Morales Isla / Unidad LR Data
Publicado el 20 de julio de 2022
El 26 de junio, el Ministerio de Salud decretó el inicio de la cuarta ola de la COVID-19 en el país. Cerca de un mes después, los contagios superan los 10.000 casos diarios, mientras la brecha de vacunación se mantiene en la tercera dosis y aún 3 millones de peruanos no cuentan con ninguna aplicación. Todo ello en medio de un plan contra la COVID-19 que no está vigente, sin una campaña focalizada de comunicación y con el cierre de centros de atención primaria.
Contagios ascienden a 10.000 en los últimos cinco días
Los contagios COVID-19 superaron los 10.000 casos confirmados diarios en los últimos cinco días, según la sala situacional del Ministerio de Salud. La positividad se encuentra en un 37%, cerca de alcanzar el pico de la tercera ola.
Para el epidemiólogo Edgardo Nepo, el ascenso de casos se debe a la variante BA.5 de coronavirus, la cual es más infecciosa que los linajes anteriores. Además, advierte que el “agotamiento pandémico” se ha aunado a la errada percepción de que la pandemia ya culminó.
“Conviene tener claro que el incremento de casos es mayor que el reportado, pues hoy hay disponibles test autoaplicables que las personas adquieren en farmacias y utilizan sin que, en caso de resultar positivos, se notifique”, sostiene.
Por otro lado, Camille Webb, infectóloga del Instituto de Medicina Tropical Alexander Von Humboldt-UPCH, señala que existen varios factores que han determinado un mayor número de casos, como el relajamiento de algunas medidas. “Se han soltado varias medidas. Las personas comienzan a salir más y socializan. Tampoco se pide vacuna al ingreso del país”, añade.
La especialista enfatiza la necesidad de tomar precauciones en espacios cerrados con el uso de la mascarilla, así como reflexionar sobre el riesgo y beneficio de ciertas actividades con aglomeraciones.
Pero más allá de la responsabilidad ciudadana, existen algunos problemas que el Minsa debe mejorar, advierten los expertos. El plan nacional contra la COVID-19 del 2022 de la cartera no está actualizado, debido a que solo incluye estimaciones sobre la tercera ola.
Sin embargo, el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control (CDC) sí tiene proyecciones para esta cuarta ola, en la que se esperan tres escenarios: leve, moderado y extremo. En este último, se cree que habrá 4 067 993 sintomáticos, 243.998 hospitalizados, 6.267 UCI y 8.083 defunciones.
Nepo hace hincapié en que las medidas implementadas al inicio de la pandemia, como los centros de aislamiento y de oxigenación temporales, ya se dejaron de lado por restricciones presupuestarias.
“Lo razonable era conservarlas o modificarlas en la perspectiva de fortalecer el primer nivel de atención y evitar la congestión de las emergencias en los hospitales”, agrega.
El problema no solo está allí. En las aulas, los contagios también se han incrementado de manera sostenida, pero aún el Minsa ni el Minedu brindan medidas más adecuadas. A la fecha, no se autoriza la vacunación en colegios.
Persiste brecha de vacunación
A ello se suma que uno de los problemas latentes es la dificultad para avanzar en la inmunización contra la COVID-19. Desde inicios de 2022, la vacunación se ha ralentizado en la aplicación diaria de dosis, en medio de una crisis de cambios de ministros. Solo este año hubo tres en la cartera.
Según el Repositorio Único de Información de Salud (Reunis), el número diario de inmunizaciones no supera los 100.000 desde mayo. En junio apenas logró alcanzar los 50.000. Además, esta semana solo se aplicaron poco más de 20.000 vacunas a nivel nacional.
Para Nepo, es habitual que, en toda cobertura masiva de vacunación, se inicie con celeridad y disminuya a medida que la percepción de riesgo de la población se aminora. No obstante, resalta que una debilidad está en el componente comunicacional, pues la mayoría de la población considera que las dos dosis son suficiente contra el coronavirus.
En ese escenario, existen unos tres millones de habitantes que aún no reciben ninguna de sus dosis contra el coronavirus. Estas personas se encuentran sobre todo en la zona amazónica del país, donde no se supera el 80% de inmunizados.
Webb incide en la falta de comunicación y en la estrategia de inmunización, debido a que la información no ha sido accesible para algunas áreas rurales.
Del mismo modo, Nepo enfatiza en que las campañas de información deben ser enfocadas en comunidades específicas, con las dinámicas que involucran y determinan a cada una. Es decir, a partir de un análisis, observar los factores que impiden acceder a esa población. Asimismo, resalta que en otras regiones hubo una campaña de liderazgo local, interseccionalidad y trabajo comunitario, lo que permitió un mejor trabajo de atención primaria bajo un enfoque territorial.
Sin embargo, la brecha de vacunación no solo persiste en ese grupo de personas. A nivel etario, los menores entre 5 y 11 años registran una tasa de inmunización por debajo del 60%, incluso algunas regiones solo alcanzan el 40% o 50%. Cabe resaltar que solo dos jurisdicciones lideran la lista en niños y niñas: Lima y Áncash.
Para Webb, las cifras representan que aún existe desinformación en los efectos de la COVID-19 en menores, precisamente por los problemas latentes en las campañas de comunicación. “Hay un pensamiento de que es leve en niños y niñas. Esa es una idea que está desde el inicio de la pandemia. Eso ha contribuido a que los padres no lleven a vacunar a sus hijos”, agrega.
En tanto, más de 19 millones de habitantes cuentan con su tercera dosis, lo que representa solo un 67% de la población a vacunar. De ese número, Lima, Callao y Tumbes lideran la inmunización.
Los especialistas advierten que la mayoría de la población considera que la vacunación culmina solo con las dos dosis. Si bien este fue un mensaje inicial, en la actualidad se requieren las dosis de refuerzo, dado que baja el porcentaje de inmunidad con el paso de los meses.
Cuarta dosis: Minsa propone incluir a menores
Mientras existe una brecha de inmunización, el Ministerio de Salud amplió el rango de edad para la cuarta dosis. Desde el último fin de semana, los mayores de 30 años ya pueden acudir por su cuarta aplicación. Sin embargo, existen dudas sobre la necesidad de una segunda dosis de refuerzo, la misma que no supera el 30% de vacunados en la población objetivo.
Durante su presentación ante el Congreso, Jorge López, ministro de Salud, informó que los menores entre 5 y 11 años también serán incluidos en el plan de vacunación para acceder a una cuarta dosis, pese a que aún no se cuentan con estudios para esta población.
En ese panorama, la médico infectóloga resalta la importancia de la segunda dosis de refuerzo para prevenir casos graves, sobre todo en los adultos. “Todavía no hay estudios de cuarta dosis en menores para poder empezar con la vacunación. Pero los adultos definitivamente sí deben acudir por su cuarta dosis”, enfatiza.
Por su parte, Nepo advierte que lo más probable es que la segunda dosis de refuerzo se emplee en todos los grupos etarios, de acuerdo a las evidencias científicas que surgen con el tiempo. No obstante, enfatiza que la prioridad aún debe ser cerrar brechas de inmunización.
En ese escenario, aún falta fortalecer los primeros niveles de atención y las campañas de atención focalizadas, en las que se atiendan cada uno de los factores de cada región, inciden los especialistas.